Iglesia Adventista del Séptimo Día

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Reflexiones

 

Del 30 de Enero al 5 de Febrero de 2011

 

“¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.” Sal. 10:13.


Un amigo biólogo, profesor universitario graduado en la Universidad de Harvard, me dijo: "Cuanto más observo y estudio la naturaleza, considero que no existe razón para dudar de la existencia de Dios". ¿Por qué motivo, entonces, hay personas que no creen en Dios?

La historia ha mostrado que la única razón para rechazar la existencia divina es la rebeldía natural del ser humano. La naturaleza pecaminosa no acepta voluntariamente ningún tipo de autoridad. ¿Por qué habría de someterse a un Dios que no puede ver ni tocar?

El versículo de hoy habla del malo. El impío cree que a Dios no le importan las cosas que suceden en este mundo. Piensa que nunca tendrá que rendir cuentas de la vida que recibió y desperdició, que Dios nunca lo inquirirá, ni le preguntará. La palabra hebrea para impío es beliyaalope, literalmente significa malo, perverso, pero que también significa muerte. ¡Esto es espantoso! Ser malo, escoger el camino de la perversidad, ya implica escoger el camino de la muerte.

Casi al fin del siglo XIX nació en Europa un hombre llamado Federico Nietzsche, hijo y descendiente de ministros evangélicos. Su padre murió cuando él era todavía joven. A los doce años se rebeló abiertamente contra la fe de la familia. Con blasfemia redefinió a la Trinidad como Dios" el Padre, Dios el Hijo y Dios el diablo. Su filosofía de vida fue terrible, tanto para él como para la sociedad. Uno de sus libros "El poder de la voluntad", influyó mucho en la manera de pensar de Hitler.

Enseñó que el cristianismo es uno de los peores flagelos del mundo, y proclamó a todo pulmón: "¡Dios ha muerto! ¡Dios ha muerto! ¡Dios ha muerto!" Evidentemente, fue un hombre impío, un beliyáal, y su propia rebeldía determinó su muerte. Murió loco, y en su sepultura alguien escribió lo siguiente: "¡Dios está muerto!" (Firmado) Nietzsche. "¡Nietzsche está muerto!" (Firmado) Dios.

Dios siempre tiene la última palabra. Él existe. Es eterno y está por encima de la incredulidad humana. Ese Dios maravilloso está hoy deseoso de participar en su vida. Se interesa por ti, por tus hijos, por tu matrimonio, por tu vida profesional y financiera. Está ahí, cerca tuyo, listo para escucharte y socorrerte. "¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás."

//Alejandro Bullón

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Del 23 al 29 de Enero de 2011

 

“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” Sal. 34:19 

  

La mayoría de las cartas que recibo son de personas que están atravesando el valle de la aflicción. Casi todas tienen la misma pregunta: "¿Por qué los problemas aumentan en mi vida, cada vez que decido acercarme a Jesús?"
El versículo de hoy es la respuesta. En este verso, encontramos dos promesas. La primera: "Muchas son las aflicciones del justo", y la segunda: "De todas ellas le librará Jehová".

 


Si tú quieres ser un cristiano auténtico, prepárate para recibir ambas promesas. La primera es que en este mundo, tú enfrentarás momentos de dificultad. Esto es bíblico. San Pablo, escribiendo a los filipenses, dice: "Porque a vosotros os es concedido... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él".* Y el mismo Señor Jesús afirmó ante sus discípulos: "En el mundo tendréis aflicción".**

 


El sufrimiento es una realidad de la vida. Es inevitable. Mucho más para los que deciden seguir a Jesús. Pero, la segunda promesa afirma que, finalmente, el Señor librará a sus seguidores de todas las dificultades.


Mucha gente imagina la felicidad como una vida sin problemas, pero en este mundo, las espinas forman parte de las rosas, la noche forma parte del día, y las lágrimas forman parte de la alegría. Tú puedes ser feliz en medio de las dificultades, si sabes administrarlas, en la certeza de que el Señor te librará de todas ellas.
El Salmo 34 es un himno de loor a Dios, porque Dios libró a su pueblo, y no porque sus hijos tuvieron dificultades. Entender este hecho puede ser el comienzo de una nueva dimensión en la vida.


Dios cura el corazón herido, pero la intervención divina no tendría sentido si el corazón no estuviera herido. Él restaura tus sueños, porque ellos estaban destruidos. Dios promete librarte, no eximirte del problema.

¿Cuáles son las aflicciones que estás enfrentando hoy? No importa. Antes de partir para enfrentar la montaña de dificultades que está ante ti, memoriza este versículo y repítelo a lo largo del día: "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová".

 

//Alejandro Bullón

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Del 16 al 22 de Enero de 2011


El que labra su tierra se saciara de pan; mas el q sigue a los vagabundos es falto de entendimiento. Prov. 12:11.

 


Setenta y cuatro de los 915 versículos que tiene el libro de Proverbios, tratan de un modo u otro, acerca de la importancia de tomar la vida en serio y construir sueños sobre fundamentos seguros.

Hay gente derrotada porque “sigue a los vagabundos”. En el original la palabra reqen significa “cosas vacías, vanas o fantasiosas”. La ilustración perfecta seria una cosa bien adornada y atractiva por fuera, pero vacía por dentro; como las pompas de jabón tras las cuales los niños corren entusiasmados, pero que solo traen frustración, porque explotan justo cuando las alcanzan. Existen, pero no existen. No tienen consistencia. Nada las sustenta, fuera de la imaginación.

En el proverbio de hoy, Salomón parece decir: “¡Despiértate! Pon los pies sobre la tierra. Labra la tierra, traspira tu camisa. No te quedes ahí sentado en la butaca de la vida, alentando fervorosamente para que todo acont4ezca. Entra y participa”.

Dios va a bendecir lo que tú crees que mereces y por lo cual estés dispuesto a luchar. Pero, recuerda que David derrotó al gigante Goliat usando una honda. La mayoría de las guerras de Israel, fueron ganadas porque Dios iba delante del ejército, pero el pueblo necesitaba salir al campo de batalla.

Confía en Dios no significa permanecer de brazos cruzados, esperando que el éxito caiga del cielo. El verdadero éxito no es un gran acontecimiento, ni una única y gran Victoria. El éxito que Dios ofrece esta hecho de pequeñas victorias diarias.

Correr detrás de fantasías, esperar un “golpe de suerte”, o una “herencia” es falta de sentido, locura, ingenuidad. Las personas que piensan así forman la larga fila de los derrotados.

Haz de este día un día de pequeñas victorias. En el trabajo. En el hogar, en la vida personal, en fin, labra tu tierra, arregla el grifo que gotea, cambia la lámpara quemada, arregla la relación destruida. Acumula pequeñas victorias. No te quedes sonando solamente con grandes conquistas, porque: “El que labra su tierra se saciara de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento”.

 

 

//Alejandro Bullón

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Del 9 al 15 de Enero de 2011

 

“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; 
mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas.Sal. 63:1

 

 

Este salmo lo escribió David mientras atravesaba el desierto de Judá, perseguido por su propio hijo Absalón y traicionado por Ahitofel, uno de sus consejeros más cercanos.

El salmista estaba herido y triste, pero en medio de la tristeza hizo una declaración extraordinaria de fe: "Dios, Dios mío eres tú". La expresión "Dios mío" denota la profunda experiencia espiritual de alguien que en cierto momento soltó la mano poderosa de Dios y conoció las profundidades del pecado, pero que se levantó e hizo de su comunión con el Señor algo personal.

David no se contentaba con saber que Dios existía, quería que ese Dios fuese suyo. Spurgeon decía: "¿Pueden los ángeles entonar una canción más dulce que ésta?" Creo que no. No puede haber sentimiento más sublime que la paz que se apodera del corazón de quien hizo de Dios "su Dios".

El versículo de hoy muestra cómo fue que el salmista llegó a tener esa experiencia. "Yo te busco ansiosamente. En la lengua original dice "de madrugada te buscaré", tal como aparece en muchas versiones de la Biblia. Si juntamos ambas expresiones, habremos encontrado el secreto de David, "buscar a Dios de mañana, con ansiedad". No es fácil, porque el ser humano prefiere la acción en lugar de la devoción.

Cuando tú sales corriendo, de mañana, para cumplir tus deberes diarios, sin haber pasado tiempo con Dios, puede ser que las cosas salgan como lo habías planeado, pero tendrás en un rincón del corazón, la sensación de que algo no está bien. Es la inconsciente nostalgia de Dios, la instintiva necesidad del alma.

Mientras andaba por el desierto de Judá, el salmista contemplaba la tierra árida y sin vida. La falta de agua transformaba aquel lugar en tierra de chacales, víboras y escorpiones, tierra de muerte, ávida por una gota de agua. Aquel cuadro deprimente, impresionó el corazón de David, y dijo: "mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas".

Jesús es la fuente de agua que satisface la sed del corazón. El que bebe de esa agua, nunca más se sentirá vacío del alma. Por eso, di hoy como David: "Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas".

 

//Alejandro Bullón

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Del 2 al 8 de Enero de 2011

 

Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre....Salmos 111:3



De qué obras habla el salmo? El contexto da a entender que el salmista está hablando aquí de dos extraordinarias obras de Dios. La creación y la redención. 

Sus obras son prueba contundente de su existencia. Tú no te atreverías a pensar que la sofisticada computadora portátil vino a existir como fruto de la evolución. Tiene que haber un fabricante por detrás de todo. ¿Cómo es posible, entonces, pensar que el cuerpo humano y los misterios de la naturaleza aparecieron en el universo por azar? 

Si la computadora es la prueba de la existencia de un entendido en informática, la creación es también la prueba de un Creador. No somos fruto de la casualidad. Sabemos de dónde venimos y, en consecuencia, la vida tiene sentido.

La Biblia enseña que cuando la obra maravillosa de la creación estaba concluida, vino el enemigo y echó a perder todo. Al introducir él la mancha del pecado condenó a la creación a su autodestrucción. El ser humano se iría deteriorando, consumido por su propio egoísmo y arrastraría a la naturaleza entera. 

Entonces apareció nuevamente la mano misericordiosa de Dios. Nada está condenado, aunque el enemigo intente desfigurar sus planes divinos. 
El plan de la redención es el programa de restauración de un mundo perdido. Es como si el artista reconstruyese una pintura famosa, deteriorada por las inclemencias del tiempo y del abandono. 

Hoy Dios está en su trono. Continúa en el control del universo y de las vidas. Nada sucede sin su consentimiento, a pesar de que muchas veces podemos pensar que el enemigo asumió el control de la vida.

Según el salmista, la justicia es la base del trono desde el cual Dios gobierna el universo. Las vestiduras divinas son su gloria y su majestad. Dios es excelso y grande. No conoce imposibles. 

¿Cómo puedes tú pensar que la circunstancia difícil que enfrentas hoy no tiene solución? Mira las obras de Dios. Esas obras pueden ser realidad en tu experiencia, si, como hijo indefenso, corres a los brazos protectores del Padre, porque: “Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre”.

 

//Alejandro Bullón

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Del 26 de Diciembre al 1 de Enero de 2011

 

“La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición.” Sal 3:8

Deberían ser las dos de la madrugada cuando el guía pasó despertando al grupo. Era el gran día. Me había preparado durante varias semanas para aquelmomento. Joven todavía, acariciaba en mi corazón el sueño de escalar el monte Sinaí algún día. Y ahora era el momento de hacer mi sueño una realidad.

 La reunión inicial fue al pie del monte Horeb. Había mucho movimiento aquella madrugada fría de enero. Los beduinos ofrecían el alquiler de un camello por diez dólares.

“¿Para qué?” —pensé— “estoy preparado para llegar a la cima de la montaña sin ayuda”. Pero, la realidad era otra. Una hora más tarde, dolorosamente, descubrí mi incapacidad. 

Al comienzo todo marchaba bien. Los camellos subían en zigzag, haciendo uncamino más largo; y yo escalaba en línea recta, sacando bastante ventaja algrupo. Algún tiempo después, comencé a sentir los síntomas del cansancio.

Miraba hacia arriba y veía cada vez más lejos la silueta del monte recortada contra la luna esplendorosa de aquella madrugada. Mientras tanto, los camellos me iban dejando atrás, uno a uno, transportando al grupo. 

Mi situación era deprimente. Con todo, me rehusaba a pedir ayuda. Casi sin fuerzas, me obstinaba en mi escalada solitaria. ¿Qué podía hacer? Tenía que llegar a la cima de la montaña, después de todo, yo era el líder espiritual del grupo. Luché. Me esforcé. Traté de llegar solo, pero no lo conseguí. Sin tuerzas, exhausto y hasta avergonzado, acepté humildemente ser cargado por un camello. 

 

Contemplar el amanecer desde el Sinaí fue una de las experiencias másfascinantes de mi vida. En aquella montaña era donde Dios había escrito los eternos principios de su Ley A lo largo de mi vida había tratado, muchas veces, como en aquella madrugada, de vivir por mí mismo a la altura de esos elevados principios. Cuanto más lo intentaba, tanto más lejos del ideal me veía, hasta que un día, derrotado, exhausto e impotente, entendí que solo podría alcanzar el ideal anhelado con la ayuda del Cristo maravilloso de todos los tiempos. Necesitaba dejarme llevar por él. Sin él no hay cristianismo. Sin él no hay vida, ni justicia, ni santidad. 

El esfuerzo humano, la disciplina propia, el autocontrol, son arena movediza, engañosa y traicionera. Solo “la salvación es de Jehová; sobre tupueblo sea tu bendición”.
  

 

Alejandro Bullón

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Del 19 al 25 de Diciembre de 2010


“En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos.” Salmo 119:15

 


     Ya era muy tarde en Buenos Aires, o tal vez, muy temprano. La una de la madrugada, ¿es día o es noche? El colega que me fue a esperar al aeropuerto tomó un camino equivocado y, por fuerza de las circunstancias, nos encontramos en el centro de la ciudad buscando el Hotel República, que queda enfrente del Obelisco. Buenos Aires es una ciudad que no duerme. A esta hora de la noche hay gente en el centro como si fuese de día. Restaurantes abiertos, gente paseando, enamorando o bebiendo en rueda de amigos.

 

 

Me pregunto, ¿qué buscan las personas? ¿Qué están buscando a esta hora? ¿Qué las motiva a estar despiertas? Si no fuera por el atraso de mi vuelo, yo ya estaría durmiendo. ¿Qué hace que una persona esté andando por la calle a una hora como esta?
Es difícil saberlo. Había noches en que el salmista también permanecía despierto, contemplando la belleza de la luna y de las estrellas. En noches tales, decía: "En tus mandamientos meditaré". Los preceptos de Dios eran su guía. Le mostraban el camino de la victoria.
El autor del salmo 119 había aprendido el secreto de una vida feliz. Los consejos divinos eran la antorcha que iluminaba su senda en medio de la oscuridad que precisaba atravesar. La vida es linda, pero en cada esquina hay sombras que dan miedo. Tú estarás perdido si no tienes una antorcha.

 


En la segunda estrofa de este salmo, que va de los versículos 9 al 16, él expresa su amor y su respeto por la Palabra de Dios. Esta estrofa lleva el nombre de Bet. Esa palabra, además de ser la segunda letra del alfabeto hebreo, es también la raíz de la palabra casa. "En mi corazón he guardado tus dichos", dice el versículo 11. El corazón del salmista era una casa donde habitaban seguros los consejos divinos. En realidad, era lo que aseguraba la felicidad del salmista.

  


¡Cuán difícil es aprender a depender de Dios! No es fragilidad. Es humildad. ¡Cuántas veces la persona tiene que llorar y fracasar, para entender que sin los consejos divinos cualquier intento humano es hueco y sin sentido!

  
No salgas de tu casa hoy, sin tener la seguridad de que vas a andar en los caminos de Dios. En el silencio de tu corazón, dile al Señor: "En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos".

Alejandro Bullon

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Del 12 al 18 de Diciembre de 2010


CUANDO QUIERO REÍR: LLORO.

 

“Aun en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja.” Prov. 14:13 

  

No es pesimismo. Es la realidad triste y dura. Nadie puede escapar de ella. Este mundo era perfecto cuando salió de las manos del Creador. No había muerte, ni dolor, ni lágrimas. Pero, a partir de la entrada del pecado, se volvió hostil y extraño. 

A veces, hasta cruel y despiadado. Hoy, hasta cuando tú ríes el dolor está presente. La alegría muchas veces termina en tristeza. El otro día hablé con una persona que durante 30 años ahorró dinero para realizar su sueño de conocer Europa. Finalmente, llegó el momento anhelado. El viaje fue maravilloso. Vio de cerca cosas que solo conocía a través de los libros; pensó que el dinero había sido gastado con sabiduría.

Cuando el viaje terminó, y llegó a casa, y abrió las maletas en el cuarto, sintió de repente ganas de llorar. No sabía explicar porqué, pero se sentía culpable. Descubrió que “aún en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja”. 

Otro de los pensamientos que aparecen en el texto de hoy es la fragilidad de los intentos humanos para resolver los problemas del alma. Tú asistes a un circo para reír y cuando el espectáculo termina y las luces se apagan, solo queda un vacío indefinible que duele. El joven se droga queriendo salir de sus angustias y cuando los efectos de la droga pasan, solo queda desesperación y ganas de morir. Inútilmente, la criatura trata de librarse de la culpa existencial. El corazón duele y tú no sabes definir porqué; luchas, trabajas y te esfuerzas, y todo continúa igual.

Solo Jesús es capaz de llenar el vacío del corazón. Él es la única persona que pone el mundo interior en orden, perdona, transforma y satisface. Cura, limpia y purifica. Por eso, afirmó: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo'.* 

Al convivir con Jesús tú aprendes a administrar el dolor existencial. El dolor del ser sin ser. La sensación amarga de sentirse mal sin haber hecho mal. 
Ábrele tu corazón a Aquel que un día dijo: “La paz .os dejo, mi paz os doy.** Habla con él, como un hijo habla con su padre. Pregúntale las cosas que no comprendes, reclama, implora. El nunca dejó sin respuesta a quien con sinceridad lo busca, pero recuerda: “Aun en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es congoja”. 

* Juan 16:33. **Juan 14:27

 

 .Alejandro Bullón

 

 

Del 5 al 11 de Diciembre de 2010

CASA PROPIA

 

Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria." Sal. 26:8. 


Andando por las calles, estando en los aeropuertos o viajando por ahí, encuentro con frecuencia personas que dicen: "Yo amo a Jesús, me considero un cristiano, pero no gusto de la religión, no pertenezco a ninguna iglesia".

Esa manera de pensar parece ser hoy "políticamente correcta". Hay personas sinceras que creen que la iglesia no es necesaria, que lo que realmente importa es "estar bien con Jesús", pero el texto de hoy afirma que Dios tiene una casa donde su gloria se revela, y ese lugar de habitación es la iglesia.

¿Esto quiere decir que Dios necesita tener una casa para habitar? ¡Claro que no! Cuando Salomón inauguró el templo de Israel, oró diciendo: "¿Es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?"*

No, el templo no es construido por causa de Dios, ni la iglesia existe porque Dios necesite seres humanos que lo adoren. Es todo lo contrario. El ser humano necesita una iglesia y un templo.

Cuando Israel viajaba por el desierto, Dios le ordenó: "Harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos".**

La construcción del templo fue la respuesta divina a la carencia humana. Dios no necesita habitar en nuestro medio. Somos nosotros los que necesitamos tenerlo a nuestro lado.

"Sí -puedes decir-, pero para eso no necesitamos iglesia alguna". Sí, se necesita. Tú eres una brasa que, fuera del brasero, está condenada a apagarse y transformarse en ceniza. Es propio de la naturaleza humana. Nadie puede ser una isla y vivir por sí solo. Unos precisan de los otros y todos necesitamos de Dios. La iglesia es el lugar, a pesar de los seres humanos débiles y defectuosos, donde la gloria de Dios se revela y donde la presencia de Dios se hace sentir, conservando la experiencia espiritual viva.

Si la Biblia es el mapa que conduce a una vida feliz, y si los consejos divinos nunca fallan, ¿por qué este consejo no serviría? Por eso, hoy, antes de comenzar las actividades de tu día, di con David: "Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria".

* Éxo. 25:8.

** 1 Rey. 8:27.

//Alejandro Bullón

 

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Del 29 de Noviembre al 5 de Diciembre de 2010

 

JESÚS: UN REMEDIO PARA MI ALMA.

“Abominación es a Jehová todo altivo corazón; ciertamente no quedará impune.”Prov 16:5


La expresión que e! autor de los Proverbios usa hoy para referirse al arrogante de corazón, es muy dura: "Abominable". Esta palabra, en hebreo to'ebah, significa "repugnante", "detestable", "peligroso", "siniestro".

Cuando ves a una persona orgullosa, es todo eso. Además de detestable es peligrosa y siniestra. Piensa en Hitler, por ejemplo. Se sentía Dios, mandó matar a miles de personas en su loco deseo de establecer una raza superior. Piensa en Frederik Nietzsche que desafió al mismo Dios. Los que convivían con él no soportaban su temperamento.

Ya pasaron muchos años desde la muerte de ambos. ¿Cuál fue la historia que escribieron? El primero desapareció misteriosamente. Algunos dicen que murió enloquecido y destruido por la sífilis. El segundo pasó su último día agarrado a la estatua de un caballo, afirmando:"Soy Dios, soy Dios". "Ciertamente no quedará impune", dice el proverbio de hoy, hablando del triste fin que espera a todos los de corazón arrogante.

La arrogancia es el camino directo a la desdicha. El arrogante pierde la noción de quién es. En su delirio de parecer grande, no percibe la imagen ridícula y grotesca que proyecta. Olvida que quien quiere ser un hombre grande, tiene que ser pequeño un día, para poder crecer.

En el concepto propio, él nace grande, es grande, es mucho mayor que cualquier otro simple mortal. Pero, irónicamente, la gente no lo ve así, y no lo trata como le gustaría que lo trataran, por más que él exige, reclama y, si tiene poder, hasta obliga.

Esa percepción de "no-aceptación", mina dolorosamente su mundo interior. En la cámara secreta de su alma vaga de un lado a otro, obcecado por la posición y abrumado por el vacío. El resultado casi siempre es la locura, la prepotencia, el autoritarismo, el radicalismo que él pretende llamar liderazgo.

¿Hay algún remedio para el corazón orgulloso? Sí, hay remedio para todas las enfermedades del alma: Jesús. Un día, el Maestro recibió al orgulloso Pedro, hombre rudo, áspero y lleno de complejos, queriendo siempre llamar la atención. "Todos estos te negarán, pero yo nunca", dijo con soberbia un día, prometiendo ser fiel a Jesús.* Falló. Tú conoces la historia. Fracasó, pero el amor de Jesús lo transformó e hizo de él un hombre humilde, capaz de ofrecer su vida por Maestro.

Busca hoy a Jesús, déjate moldear por él, porque "abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune". * Cf. Mat. 26:33-35

 

//Alejandro Bullón.

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Del 22 al 28 de Noviembre de 2010


PREPARÁNDONOS PARA LA INMORTALIDAD


Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5: 4.


En el mejor de los casos, el tiempo de que disponemos aquí es corto, y todos los movimientos que hacemos debieran estar dedicados al fortalecimiento y al progreso de la causa de Dios. . . Clama a Dios: "Conviérteme hasta lo más profundo de mi alma". Ruega al Señor que te otorgue el poder transformador de su gracia. Aférrate de tu Salvador como Jacob, hasta que el Altísimo te muestre no solamente cómo eres tú mismo, sino que te revele quién es él, y puedas ver en Jesús tu fortaleza y tu apoyo, un resplandor y un poder que nunca has experimentado antes. . . Si por la fe te aferras tenazmente de las promesas, triunfarás. Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.


Mientras seas leal a ti mismo, ningún poder adverso de la tierra o del infierno podrá destruir tu paz o interrumpir tu comunión con Dios. Si temes al Señor, no necesitas caminar en medio de la incertidumbre. Si lo complaces, obtendrás todo lo que necesita tu alma. Estas fueron las palabras de un notable cristiano: "No le temo a nada en el universo, salvo el no saber en qué consiste mi deber, o dejar de hacerlo".


Sean estas palabras tu lema: "Levántate para servir a Jesús, aunque requiera sacrificio y abnegación". Levántate para servir a Jesús en cualquier lugar. Lleva a cabo tu obra como si pudieras ver a través del velo, y como si el ojo de Dios estuviera directamente sobre ti, para tomar nota de cada uno de tus actos.


Te ha adquirido con su propia sangre y, cuando necesites su ayuda, invócalo y la tendrás. Entonces Jesús estará a tu lado. Sea tu corta e incierta vida una constante preparación para tu vida futura e inmortal. Se permite que la tentación nos asedie para poner en evidencia nuestro verdadero carácter, y para que eliminemos nuestros defectos. Continuamente nos asaltan tentaciones a pecar, disfrazadas a propósito para engañar a las almas y conducirlas a la ruina. Satanás está tratando continuamente de transformarse en un ángel de luz, y siempre está completando para privar a Dios de su gloria mediante la destrucción de las almas. . .

 

Confía tu alma indefensa a Dios. Sigue la luz que te da el cielo,Dios los bendiga en esta semana.

 

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Del 15 al 21 de Noviembre de 2010

 

CONSTRUYENDO SOBRE LA ROCA


"Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.”

"Soy el rey del mundo, soy el más grande", gritaba el joven boxeador el 25 de febrero de 1964, ante las cámaras de la TV, desde el cuadrilátero del Miami Beach Convention Hall. Mohamed Ali acababa de consagrarse campeón de los pesos pesados, con apenas 22 años. "El mundo entero está a mis pies, escriban eso", le dijo a los periodistas.

y era verdad. Aquel año, el mundo entero estaba a sus pies. Pero, en 1996 el mundo entero lo vio debilitado, en ocasión de las Olimpíadas de Atlanta. Apenas podía ascender para tomar la antorcha olímpica. Era evidente que ya no era el "rey del mundo", ni el "mejor". Estaba envejecido y deteriorado por el mal de Parkinson.

Eso es lo que dice el salmista, cuando afirma que: "Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican". Estás ante un nuevo año. No te atrevas a entrar en él sin la seguridad de que Jesús está en el control de tus planes. Tu trabajo, tu esfuerzo y dedicación solo tendrán sentido si "el Señor edificare la casa".

Acepta el desafío de un nuevo año. Piensa en grande. Mira lejos. Trabaja, pero pregúntate: ¿Quién está en el centro de mis planes? Esto es vital. Un día, un millonario excéntrico reunió a sus amigos para pasar el fin del año en su yate de 10 millones y gastó la bagatela de un millón de dólares en la fiesta. 
Aquella noche, los fuegos artificiales iluminaron la oscuridad en el mar Caribe, y todos levantaron los vasos de champán deseándose "salud, dinero y amor", pero el siguiente enero no llegó. Por lo menos para él, no. Un infarto fulminante segó su vida en junio de aquel mismo año.

La vida humana es frágil como la flor. Hoy es, y mañana no existe más. Se marchita como la hierba del campo. Desaparece como la nube llevada por el viento. 
Por tanto, pon a Dios en el fundamento de tus proyectos, porque sin él, "De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor."*

Trabaja en sociedad con Dios. El hombre del campo ara la tierra y planta la semilla. Pero si Dios no hace salir el sol y caer la lluvia, ¿de qué sirve el trabajo? Así sucede en otras áreas de la vida. "Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican".

 

Alejandro Bullón

 

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Del 7 al 14 de Noviembre de 2010

 

LA ESCALERA

 

Mateo 20:28  "como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos".

 

Recibí una llamada telefónica de un buen amigo, que me alegró mucho. Lo primero que me preguntó fue: -¿Cómo estás?
Sin saber por qué, le contesté: -Muy solo. -¿Quieres que hablemos?

Le respondí que si y añadió: -¿Quieres que vaya a tu casa?
Dije que si. Colgamos el teléfono y en menos de quince minutos estaba tocando a mi puerta. Yo hablé por horas de todo: mi trabajo, mi familia, mi novia, mis deudas; él, atento siempre, me escuchó. En esas se nos hizo de día. Yo estaba agotado mentalmente; me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver mis errores. Cuando él notó que ya me encontraba mejor, me dijo:
-Bueno, me voy, tengo que trabajar. Sorprendido, le dije:

-¿Por qué no me habías dicho que tenías que ir a trabajar? Mira la hora que es, no dormiste nada te quité toda la noche.
Él sonrió y me dijo: -No hay problema, para eso estamos los amigos.
Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompañé a la puerta de mi casa y cuando caminaba hacia su automóvil le grité desde lejos:
-Y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan tarde?

Regresó y me dijo en voz baja: -Quería darte una noticia. -¿Qué pasó? -le pregunté. -Fui al doctor y me dijo que estoy gravemente enfermo. Yo me quedé mudo. Él sonrió de nuevo y agregó:

-Ya hablaremos de eso. Que tengas un buen día. Pasó un largo rato hasta que pude asimilar la situación, y me pregunté una y otra vez: ¿por qué cuando me pregunto cómo estaba me olvidé de él y sólo hablé de Mí? ¿Cómo tuvo la fuerza para sonreírme, darme ánimos y decir me todo lo que me dijo? Esto es increíble.
Desde entonces mi vida ha cambiado: ahora soy menos dramático con mis problemas y disfruto más de las cosas buenas. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero.

El que no vive para servir no sirve para vivir. La vida es como una escalera: si uno mira hacia arriba, siempre será el último de la fila, pero si mira hacia abajo ve que hay mucha gente que quisiera estar en su lugar. Deténgase a escuchar y a ayudar a sus amigos ellos lo necesitan.

 

//Gerson Botello

 

 

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